sábado, 25 de octubre de 2008

Mujeres objeto ya en el siglo XVI


Ahora que en la carrera estamos viendo bastante sobre la literatura del Renacimiento, me gustaría dedicar un post a la condición femenina entonces.

La visión de la mujer en el XVI era idílica, normalmente desde la perspectiva masculina (claramente las mujeres no escribían o lo hacían mediante seudónimos de hombre). Hay muchísimos poemas de esta época donde se desarrolla el tópico de la mujer ideal, que reúne las siguientes características: piel blanca (como la nieve), cabello rubio (como el sol o como el oro), labios rosados, cuello erguido como una garza, etc. (además de que muchas veces se habla de ella como la "garza herida" frente al "cazador" o al "ave rapaz". Sabemos de qué van estas comparaciones, ¿no?)

Normalmente la actitud de la dama es de desdén respecto al enamorado, quien suele lamentarse de la crueldad de ésta. Este tópico tan enormemente utilizado en la literatura del siglo de Oro español es conocido con el nombre del "amor cortés". Consiste en eso mismo: el hombre corteja pero "respeta" a la dama, de quien dice estar al servicio: ella es su "dueña". Pero lo que el hombre busca es el "galardón", es decir, la atención física de la doncella. Simplemente ocurre que si ésta se la diera, sería deshonrada. El hombre, por tanto, ha de comprender que probablemente no consiga el galardón, puesto que muchas veces una de las alabanzas que hacen a la dama es la de "casta y pura". Si dejara de serlo, perdería su encanto y su honra.

Vamos, que la mujer es el objeto de deseo, y él es el deseador: hombre sujeto, mujer objeto, algo que no ha cambiado demasiado desde entonces.

Lo que ocurre es que, repito, todo ello está visto desde la perspectiva masculina y dentro del marco de una sociedad religiosa y patriarcal. No se solía tener en cuenta que si la dama es tan cruel es sólo porque la sociedad la obligaba a ello, y desde luego no porque ella rechazase (siempre) al enamorado desesperado.

Pues bien, hay un par de poemas en que esto que yo digo sí se expresa, y por ello me han llamado la atención. Son los siguientes:

Aquel caballero, madre,
como a mí le quiero yo,
y remedio no le dó.
Él me quiere más que a sí,
yo le mato de cruel;
mas en serlo contra él
también lo soy contra mí.
De verle penar así
muy penada vivo yo,
y remedio no le dó.

Como vemos, una muchacha se dirige a su madre lamentándose de que no puede acceder a las peticiones amorosas del caballero al que ella corresponde. Es decir, la impotencia de una chica para dar rienda suelta no sólo a su libertad sexual sino también a sus sentimientos, pues se ve oprimida por la sociedad.

(...) el uno por ganar fama
ciudades cerca y rodea,
el otro ronda y pasea
los umbrales de su dama
cada día.
El uno con batería
muros y puertas destroza,
y el otro los de su moza dando voces a porfía
por entrar.

En este otro fragmento, se establece una comparación entre un guerrero (que siempre trata de derribar muros y atacar al enemigo hasta derrotarlo) y un enamorado (que ha de derribar los muros de su amada). Se trata de esta metáfora de los muros a la que yo ya he hecho referencia en otras entradas. La mujer ha de tener muros (como también se aprecia en el poema anterior) mientras que el hombre ha de "atacar" a su presa. ¿Acaso seguimos como en el siglo XVI?


Siempre alcanza lo que quiere
con damas el atrevido,
y el que no es entremetido
de necio y cobarde muere.

La honestidad en las damas
es un velo que les fuerza,
cuando Amor tiene más fuerza,
a no descubrir sus llamas.
Por eso el que las sirviere
gánese por atrevido:
que el que no es entremetido
de necio y cobarde muere.
(...) Pues mire el que amor tuviere
que en el bando de Cupido
el que no es entremetido
de necio y cobarde muere.

En este último poema, bastante misógino si tenemos en cuenta la moral de la época, una voz lírica probablemente masculina nos dice que el hombre ha de ser atrevido y "entremetido" con las mujeres si quiere conseguir el "galardón". Como he dicho, la dama no debía bajo ningún concepto entregar el galardón a otro que no fuese su marido, y por supuesto no a cualquiera que la anduviese cortejando por los balcones. Este hombre del poema habla de engatusar a las mujeres para conseguir el galardón. Con eso de "el que no es entremetido de necio y cobarde muere" nos está diciendo, básicamente, que el hombre que no es atrevido y deshonra damas es un pringao. Es decir, no se preocupa en absoluto por la "honra" de ellas. Le da igual deshonrar mujeres con tal de conseguir sexo.

Como vemos, estos poemas no están tan alejados, desgraciadamente, de cómo somos ahora. El hombre ataca, la mujer defiende... la vieja historia.

Ahora lo que todos deberíamos hacer es conocer a quien nos apetezca cuando nos apetezca, y mantener relaciones sexuales con quien deseemos, sin condicionamientos sociales para tener más sexo o para tener menos, sin sentirnos obligados a nada ni coartados por nada. ¡Las murallas de la sociedad no deben existir, chicas! ¡Podéis hacer cuanto deseéis, porque ya no estamos en el siglo XVI, ni en la época de la Inquisición, ni en el franquismo, ni siquiera en una sociedad religiosa! ¡Ya no pasa nada! ¡Podemos disfrutar de nuestro cuerpo! ¡¡¡Nadie tiene derecho a insultarnos!!! ¡¡¡Libertad!!!

Perdón por la breve verborrea utópica. Un saludo, a cuidarse y gracias por leerme!

Ali.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Ventajas y desventajas.

Como he dicho varias veces, supongo, en cuanto a la desigualdad, opino que seguimos viviendo en una sociedad dominada por los hombres de un modo muy maquillado, donde nosotras somos, en diversas ocasiones, el objeto.
Esto no es sólo bueno para ellos y malo para nosotras. Esta visión es demasiado simplista. Al contrario: la situación trae cosas buenas y malas para ambos. Me referiré al terreno sexual casi exclusivamente.

Evidentemente, antes de empezar a leerlas, téngase claro que esto es una grandísima generalización y que no siempre es así. Pero yo lo he visto en reiteradas ocasiones y personas. Entiéndase como un estándar.

Comencemos por hablar de las desventajas:

- Para los hombres:


. Tener que pagar en las discotecas.

. Tener siempre que ser los que se atrevan a dar el primer paso para una relación física. (Véase ir a hablar con una mujer que les interesa una noche; véase dar el primer beso; véase meter mano; véase romper el hielo en general.)

. Si eres homosexual y topas con un cromagnon de los que abundan bastante por España, prepárate, chico.

. Esto es algo más arcaico, pero hay muchísima gente que aún lo hace y chicas a las que les gusta: que el chico las invite. Vamos, que también entra el tener que soltar la pasta en ocasiones.

. Tener siempre la obligación de aparentar ciertas cosas: para empezar, que no eres homosexual; para seguir, que eres un macho
. El cómo lo dejo a vuestra imaginación.

- Para las mujeres:

. Que te insulten y denigren si te gusta disfrutar del sexo y su variedad; que te llamen estrecha/monja si te resistes demasiado.

. Soportar contenido objetualizador de mujeres continuamente en televisión, revistas, prensa, publicidad, música, videojuegos, etc. etc.

. En un 80% de las ocasiones (aproximadamente, basado en mi experiencia, y tirando por lo bajo), tener que soportar cómo tu novio ve o escucha revistas o emisiones de contenido objetualizador de mujeres. (He de añadir aquí que en la mayoría de ocasiones estas novias "sufridoras" se limitan a llamar putas a las chicas de las portadas de las revistas/videoclips, etc. Sin duda, esto soluciona el problema. )

. Esto no sé si es ventaja o desventaja. Para mí, claramente, lo segundo: salir a la calle y en un trayecto de una hora aguantar por lo menos 2(si es de noche y hay ambiente, la cifra asciende a 8-10) "piropos" o, como me gusta decirlo a mi, gañanadas. Faltas de respeto, en cualquier caso y en su mayoría. Silbidos, susurros, palabras, frases, incluso a veces tocamientos, o solamente miradas que valen por mil palabras.

. Por no hablar de las prostitutas legales o ilegales, explotadas o no, engañadas o no, maltratadas o no, simplemente todas esas que han visto su salida más fácil en un mundo donde sólo son un objeto que se compra y vende, y donde el macho puede disponer de ellas a su placer.

. Por no hablar extensamente, también, de las mujeres maltratadas, algo que sólo puede derivar del sexismo y la diferencia, del sometimiento.

. Sentirse obligadas por la presión social a mantenerse físicamente atractivas a pesar de la edad, la complexión corporal, etc. Tratar de seguir un canon totalmente antinatural de mujeres delgadas pero tetonas, con una piel sin granos, vello, manchas, arrugas... un pelosexy.com, comiendo barritas de muesli con fibra de las que "no tienen grasa", y también All Brann porque la chica guapa del anuncio dice que un 90% de las mujeres que desayunan All Brann "pesan menos" que las que no desayunan. ¡Pesan menos!


Sigamos, ahora más optimistamente (aunque para mí punto de vista igual de triste) con las ventajas:


- Para los hombres:

. ¿La prostutición?

. ¿Los clubes de Striptease?

. Resumiendo, la visión de mujeres sexualmente atractivas y probablemente semidesnudas continuamente en televisión, cine, revistas, publicidad...


- Para las mujeres:

. Que te inviten a cubatas/tabaco/drogas por las noches sólo por ser guapa. (Si no eres guapa, no gozarás de este privilegio, dicho sea de paso.)

.Entrar gratis en la discoteca o pub. Al ser el reclamo, es normal. Esto, si no eres guapa, puedes hacerlo igual. No van a evidenciarse tanto como para decir "No, tú eres fea. Paga." Esto de ser mujer y tener privilegios a la hora de conseguir cosas se extiende a más ámbitos que no detallaré.

. Poder ganar dinero sólo dejando que te hagan unas fotos, o mandando tus fotos a una revista. ¿ Es que no habéis oído hablar de las Vecinitas de la FHM? ¡Es una oportunidad, chicas!


Me gustaría destacar en referencia a todo esto, que todas estas ventajas y desventajas del sistema para ambos sexos sólo pueden estar haciendo referencia a una desigualdad sexual. No agradezco que no me hagan pagar en las discotecas; no me dejo invitar; nunca me vendería como un objeto sexual (quizá sí si viviésemos en otro mundo en que esto lo hiciesen tanto hombres como mujeres, y por tanto toda la gran estructura sexual de la sociedad fuese igualitaria y totalmente diferente a cómo es.); y me gusta mucho responder cuando me silban como si fuese un perro paseando por una acera cualquiera, soleada o no.

Parece que vivimos en un absurdo intercambio de dinero (hombre) por sexo (mujer); de "el que mira" por "la que se exhibe"; de "el que ataca" por "la que se deja".

Me parece que rechazar estas ventajas puede ser un primer paso para cambiar el sistema, tan arraigado en la mente de todos que ni nos damos cuenta. Rechazar los inconvenientes no por ser inconvenientes sino por serlo de un sistema desigual, también me parece importante.

Desigualdad. Sólo digo eso. ¿Puede negarse?

Ali.

Gracias por leerme.

domingo, 5 de octubre de 2008

Integrados.

Me gustaría añadir, a todo esto, una reflexión que hice ayer, mientras presenciaba la misa de una boda. Hacía años que no escuchaba en vivo y en directo el eufemístico discurso de un cura moderno.

Bajo un terrible Cristo de piedra modernista, un cura con una especie de pañito de los colores del arco-iris en el cuello, nos hablaba del amor, de la libertad y de la igualdad. No voy a hacer referencia a lo contradictorios que me parecen algunos de estos valores con la religión católica (y fes ciegas y fanáticas en general), pues el meollo de la cuestión no tiene mucho que ver con ello, sino con la conversación que mantenía yo en voz baja con un chico al que conozco de toda la vida. Ante el discurso del cura, yo de vez en cuando soltaba un resoplido, un gesto de incredulidad o un refunfuño. El chico, en una ocasión, me dijo "Sssh, respeta.", y yo le pregunté si se creía todo lo que decía el cura., y le quise hacer ver las incoherencias que yo veía. Me dijo que él no era creyente, pero se consideraba cristiano porque sus padres y gran parte de la familia lo eran. Por tradición, según él mismo dijo. Yo entonces le dije lo incoherente que me parecía que perteneciese a una supuesta corriente del pensamiento sin siquiera haber pensado. Luego me comentó que él podía pasárselo bien de muchas maneras, y que si en su pueblo o ciudad hubiese una fiesta de los toros, también iría y se lo pasaría bien con el asunto.¿Por qué no?

Y yo, entonces, reflexioné. Reflexioné que él es un integrado, como bien indican sus palabras. Que se adapta a lo que sea, y que no se plantea por qué hacer algo o no, y si hacerlo es moral, es realmente divertido o aporta algo interesante además de diversión, ni si esa diversión se sobrepone a cualquier consecuencia que el acto traiga. Es parte de la masa. Simplemente se deja llevar por la inercia de la corriente.

Este tipo de personas en las que quiero hacer hincapié probablemente, si todavía se siguiesen quemando brujas, las quemarían o al menos lo aprobarían. Es tradición. Probablemente acudirían a la plaza del pueblo principal a ver cortar cabezas durante el Terror francés. Este es el tipo de personas, también, que consumiría sin ningún problema prostitutas explotadas, porque "no es culpa suya que las haya". Esta gente es la que se mete con los inmigrantes que venden chucherías por las noches en la calle, solos, enfrentándose a grupos de jóvenes borrachos. Si la fiesta de su pueblo, lo que a todos les gusta hacer desde siglos ha, fuese tomatear a un deforme o retrasado, o cualquier cabeza de turco, estas personas probablemente lo disfrutarían también. ¡A todos los demás les gusta! Además, ¡es tradición!


Después recordé una gran decepción que me llevé hace poco con otro amigo al que quiero mucho, y la cual tiene que ver con prostitución. Él también decía ¿Por qué no? No es culpa mía. Su único reparo era el posible contagio de enfermedades. Pero ¿por qué no? Y en realidad a cualquier prostituta probablemente le venga muchísimo mejor echar un polvo con un chico joven y atractivo como mi amigo que con cualquier viejo baboso o degenerado maltratador.


Pero el problema es que, si aplicamos una visión global en vez de quedarnos en lo que está ante nuestras narices, nos daremos cuenta de que el negocio de la mujer esclavizada sexualmente o vendida no existiría si nadie, ni siquiera mi amigo, se hubiese planteado nunca comprarlas. Las corridas de toros no existirían sin su público, como los programas del corazón o los reality-shows donde se nos muestra la vida y sufrimientos de otros. Hay ahora un programa de los de polígrafo, donde si los concursantes logran contestar bien a todas las preguntas sin "mentir" o ponerse nerviosos ganan una millonada. No hablo de preguntas de cultura general, ni nada similar, sino de preguntas como "¿Alguna vez has deseado matar a tu suegra?" o "Te has imaginado a tu mujer haciendo el amor con otro y disfrutando?".


¿Qué pasa con los cerebros de España? ¿Qué pasa con la gente que piensa? Porque, digo yo, después de un mínimo que se piense, supongo que a cualquiera le parece una aberración que, habiendo gente paupérrima en el mundo y en el propio país, otra se gane la vida respondiendo cosas sobre su vida privada, mientras unos espectadores sedientos de morbo y cotilleos de la vida ajena disfruta al otro lado de la pantalla.


¿Cuál es el motor de nuestra sociedad? ¿Cuáles son en ella las prioridades?


Sinceramente, no sé qué pasa con nosotros.


Nadie es mala persona por comprar cierta revista, por haber pagado por ciertos servicios, por comprar tenis Nike que cosen esclavos, por acudir a una corrida de toros, por hablarle a sus amigos de lo guarra que era la tía que se folló ayer, por inscribirse en el ejército con ánimo de lucro, por ser espectador de ciertas emisiones que empodrecen las mentes. De hecho, si toda esta gente fuese realmente mala, me habría suicidado hace tiempo. Esta gente lo único que hace es seguir las corrientes, dejarse llevar por la marea de gente sin plantearse por qué, por qué tanta gente acude a putas, de dónde han salido los tenis y por qué, qué pesa más en la balanza, si el sufrimiento de un animal inocente o la propia diversión. Esta gente es un lubricante para que el sistema siga como está.

Está siguiendo la cadena. La cadena de consumo que da dinero a instituciones o empresas para que estas puedan seguir creciendo salvajemente, pisando muchas veces las cabezas humanas que se encuentran por la escalera. Instituciones o empresas que no existirían sin el apoyo del consumidor. De grandes masas de consumidores.

A su vez, estaa gente es consecuencia y producto de los medios de comunicación, del rol de consumidores que estos le han impuesto. Producto de lo que les dicen las revistas y producto de la forma de comportarse que se prodiga en televisión.

Aunque lo que digo probablemente resulte obvio para muchas personas, no es así para otras. Para los integrados, concretamente. Los que sonríen con cara de "pobrecita, no se da cuenta" cuando me ven bracear y hablar muy seria sobre estos temas.

Me gustaría señalar que el haber utilizado como exempla a estas dos personas no ha de implicar ataques personales ni mucho menos. Simplemente les utilizo para reflejar comportamientos normales y naturales de grandísima parte del ser humano. Esto se debe a que a partir de ellos he reflexionado y he visto muchas cosas dentro. La contradicción viene cuando a esas personas llevas mucho tiempo teniéndoles cariño. Mis principios me hacen enfadarme a veces conmigo misma por llevarme bien con ellos o dedicarles sonrisas cuando no hablamos de los temas controvertidos. Por otro lado, otra parte de mí me dice que he de ser tolerante como me gustaría que lo fuesen conmigo, y que la paz está delante de todo. Es duro tener veinte años, supongo, y estar llena de pensamientos quizá inestructurados y contradictorios.

Umberto Eco habló hace tiempo de los apocalípticos y los integrados. No me gusta la etiqueta, pero quizá yo sea una apocalíptica. No me gusta, pero lo prefiero a lo otro, porque, ¿Cómo iría mejor el mundo? ¿Si todos fuésemos A o si todos fuésemos B?

Un saludo. Ali.